EXPERIENCIA OCUPACIONAL 4º
AÑO CS Y 5º AÑO HDS
ACTIVIDAD 1
1. Elaborar un crucigrama o una sopa de letras con 10
palabras claves del texto "El camino hacia la Paz".
2. Realizar un análisis del texto
"El camino hacia la Paz" tomando la esencia del contenido y llevándolo
a nuestra realidad social del Estado Mérida mediante una crítica constructiva.
Máximo veinte líneas.
3. Realizar un compromiso en ser
promotores de Paz en tu familia y comunidad. Elaborar un pequeño y sencillo
plan de trabajo:
a. QUE MENSAJE DE PAZ PROPONE LLEVAR
b. A QUE DESTINATARIO O AMBIENTE
LLEVARÁ EL MENSAJE
c. QUE ESTRATEGIA DEBE IMPLEMENTAR
PARA QUE EL MENSAJE SE DE MEDIANTE UNA
CADENA (UTILAZAR LAS REDES SOCIALES)
d. ELABORAR UN DIBUJO POR LA PAZ EN
UNA HOJA CARTA.
Indicadores de evaluación:
- El análisis una cuartilla espacio 1,5 y letra arial 12
- Ortografía y redacción
- Deben entregarse el jueves 3 de abril: Crucigrama y/o sopa de letras, análisis y dibujo
EL CAMINO HACIA LA PAZ
Por: Antonio Pérez Esclarín
Si no queremos entrar en una espiral de violencia que
nos arrastre a todos y siembre al país
de destrucción y muerte, debemos abocarnos todos a construir la paz. Para ello,
tenemos que comenzar desarmando los
corazones, que están demasiado llenos de rabia, rencor, odio, prejuicios y
violencia. La lucha por la paz y la
justicia debe comenzar en el corazón de cada persona. Ser pacífico o constructor de paz no implica
adoptar posturas pasivas, ni ser sumiso,
sino comprometerse y luchar sin violencia por la verdad y la justicia. No seremos capaces de romper las cadenas
externas de la injusticia, la violencia, la miseria, si no somos capaces de
romper las cadenas internas del egoísmo, el odio, el desprecio, la mentira, la
venganza, que atenazan los corazones. No
derrotaremos la corrupción, que actualmente corroe la entraña de la sociedad,
con corazones apegados a la riqueza y el tener; no construiremos participación
y democracia con corazones ávidos de poder; no estableceremos un mundo
fraternal con corazones llenos de odio y de violencia.
Hay que trabajar arduamente por la paz, pero hacia la paz no se avanza de cualquier manera,
ni se llega por cualquier camino. Hay que dar pasos acertados. Y en estos
momentos corremos el peligro de adentramos por los caminos más equivocados.
No se llegará a la paz enfrentando de manera violenta
a las personas, golpeando o reprimiendo salvajemente. Lo que se necesita es aproximar posturas y
aunar fuerzas, no encender la lucha callejera ni ahondar las divisiones. Así no
se construye un país. Así se destruye.
¿Qué amor al pueblo puede existir en quien pone en marcha un camino tan
peligroso y destructor?
No se llegará a la paz provocando el desprecio, los
insultos y la mutua agresión. ¿Por qué tengo yo que despreciar y considerar
como enemigo a alguien sólo porque piensa de diversa manera? ¿Tengo que olvidar
que es conciudadano, que es hermano, que
pertenece a mi país al que posiblemente ama tanto o más que yo?
No se llegará a la paz introduciendo más pasión y
fanatismo entre nosotros. Lo que se necesita es sembrar objetividad, racionalidad y enfriar los ánimos. ¿Qué puede
nacer de posturas dogmáticas, totalmente cerradas a la
autocrítica, que siempre culpan al otro de sus propios fracasos?
No se llegará a la paz amenazando, golpeando, o
reduciendo al silencio a quien no piensa igual. Cuando en una sociedad se
limita la libre expresión o la gente
tiene miedo de expresar lo que piensa,
se está destruyendo la convivencia democrática.
En medio de los graves enfrentamientos de estos días,
escucho la consigna de Jesús: «Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar,
te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu
ofrenda ante el altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano.» ¿Para qué
sirven todas nuestras profesiones de fe en un Dios Padre, si luego no vivimos
como hermanos?